1er Rito mexica de Vida: «Siembra de Nombre»

Tocatiliztli, en náhuatl, literalmente significa nombrar, también significa sembrar.

Para los habitantes del México Antiguo (o Anahuac), el nacimiento de una persona representaba a su vez, la muerte de esta misma en el inframundo, pues para nacer en el plano terrenal había antes que morir en el plano astral de donde «vienen las personas». Dicho de otra forma, para nuestros ancestros mexicas era el útero femenino un portal al Lugar del Mictlan de donde emergían todos los seres o energías humanas que nuevamente iban a encarnarse. Por tanto, al re-nacer se volvía necesario retomar una identidad y esta iba determinada por la elección del nombre del recién nacido aquí en la tierra. Ese primer nombre correspondía al signo o “TONALLI” perteneciente a la fecha de nacimiento de la persona según la «cuenta de las energías» o días consignado en el libro mexica del Tonalamatl; en otras palabras, el primer nombre que toda persona recibía en la ciudad de Tenochtitlan, era el que le otorgaba la divinidad al nacer, un «nombre calendarico» determinado por el día en que el Padre-Madre Dador de la Vida («Totatzin-Tonantzin Ipalnemohuani») nos envía a la Existencia aquí en la tierra, a través del puente místico entre este plano material y el plano espiritual que constituye la vagina femenina según el pensamiento nahua. En consecuencia, nuestro «nombre mexica» de nacimiento corresponde al signo calendárico o tonalli consagrado a la energía natal de la persona en cuestión, misma energia o predestino que habremos de desarrollar y perfeccionar, como parte de nuestra prueba en este mundo.

Como es natural, al hablar de un “primer nombre”, estamos haciendo alusión a que lo largo de la vida de un mexica, iban agregándose nuevos nombres aparte de aquel “concedido por el cielo” (o designado por el calendario mexica) y estos nuevos nombres, el segundo y tercero en la vida sobre la tierra, eran el «nombre de fama» que reflejaba la reputación de la persona una vez alcanzado su primer Tlapilli o «atado de años» (13) y el siguiente, era el «nombre del cargo honorable» o titulo póstumo, al que ascendía la persona dentro de su comunidad; no obstante, este último nombre recibido al final del paso por la tierra de una persona, era un privilegio que no todos alcanzaban a obtener en vida.

Un buen ejemplo de lo anterior, lo tenemos en la figura del Señor de los toltecas, el sabio y héroe cultural Ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl, quien al nacer fue “sembrado de nombre” como Ce Acatl (1-Carrizo) por la fecha en que vio la luz de este mundo, luego, al cumplir la mayoría de edad, obtuvo su nombre fama que es Topiltzin o “Venerable Señor” para finalmente, acceder a su tercer nombre póstumo que fue Quetzalcoatl, el rango o cargo sagrado que alcanzo por sus grandes méritos como dirigente espiritual y gran gobernante de los toltecas.

Tomando el contexto historico de esta ceremonia, en el Anáhuac, cuando un niño nacía, el sacerdote mexica llamado Tonalpouhque («el que lee las energías humanas») era mandado llamar por los padres para que les informara acerca del designio solar o «energía natal» del recién nacido, de esa forma los padres, conocían el nombre de nacimiento (o «nombre calendarico» ya antes descrito), que le era correspondiente a su hijo, ademas de poder saber con anticipación que tipo de educación debía tener para con el, a fin de potencializar sus virtudes y erradicar (o al menos neutralizar) los aspectos negativos de sus personalidad, adquiridos al insuflar el primer aliento de vida. De ese modo, todos los nacidos en Tenochtitlan, desde temprana edad, eran instruidos adecuadamente en escuelas especializadas y atendidas por sabios, para encausarlos al oficio de vida que habrían de desarrollar en la vida adulta y que correspondía por entero a sus aptitudes natas, a esa loable y civilizada tarea de formar seres funcionales para la Comunidad y plenos en su vida privada, nuestros ancestros mexicas le llamaban darle un «rostro y corazón» (In Ixtli, in yollotl) a las personas, que dicho en otras palabras, es humanizar sus ideas y sentimientos.

Actualmente, en nuestro movimiento ancestralista Tenochcayotl, emanado de las enseñanzas mexicas resguardadas por generaciones en nuestra familia Moctezuma de Chilapa (los descendientes directos del Huei Tlahtoani Moctezuma Xocoyotzin a través de su hija Tetlahuehuezquitzin o Francisca Moctezuma) estamos revitalizando estas antiguas ceremonias mexicas, mismas que hemos nombrado «Ritos de Vida». En especial, impulsamos esta fe antigua de la «Siembra de nombre» llevándola a diferentes comunidades al interior del país. Por lo cual, cualquier interesado en recibir este sacramento mexica, de su primer nombre sagrado y a través de el, conocer la misión que la divinidad le ha encomendado por medio de su energía natal y comprendida a través del conocimiento del libro azteca del Tonalamatl, debe ponerse en contacto con nosotros en los datos que aparecen al final de esta publicación, para compartirles los preparativos y requerimientos necesarios de su ceremonia de «Siembra de Nombre» o bautizo mexica y de común acuerdo, programar el día propicio según la astrología azteca, para tan trascendente evento en la vida de las personas, quienes así, por libertad de consciencia se autodeterminen como hombres y mujeres «mexicas» merecedores de un nombre en el preciado idioma nahuatl. Gracias.

Maestro de Ceremonia o tonalpouhque: Ituriel Moctezuma (Teutlahuatzin)

Móvil: (55) 4516 9288 (Ciudad de Mexico)

Correo electrónico: pueblo.de.la.luna.222@gmail.com

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A la gloria de esa antigua sociedad de grandes poetas, matemáticos, filósofos y guerreros que añoraban una vida entre Flores y Cantos y una muerte al filo de la obsidiana”

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